Astonomía Egipcia

20.03.2011 23:55

 La astronomía en el antiguo Egipto, no se diferencia mucho de las demás civilizaciones, en los albores de la humanidad: una mezcla de registros científicos enlazados con concepciones místicas.

Para los egipcios, el cielo estaba representado por Nut, una diosa con cuerpo de mujer que extendía sus extremidades para arropar todo el firmamento. Geb (la Tierra) servía de soporte, siendo los cuatro puntos cardinales, los puntos en donde se apoyaba Nut. A través de Nut, Amón-Ra (el Sol), transitaba el Nilo celestial en su barca.

Con un desarrollo astronómico inferior al alcanzado en Babilonia, sorprende que construcciones realizadas en el año3.700 aC, como el templo de Amón-Ra, en Karnak, tuviese una orientación que coincide con el Orto (salida) del Sol en el Solsticio de Verano.

Estas orientaciones también se pueden observar en las grandes pirámides, hacia el 3.000 aC.

El calendario egipcio, como casi todos los calendarios de los pueblos de la antigüedad tuvo un desarrollo doble. Hacia el año 3.000 aC, su calendario tomó como base el movimiento de la Luna, pero hacia el año 2.000 aC adoptó con firmeza el movimiento del Sol en el cielo. La duración de su año era de 365,25 días. Su año estaba dividido en 12 meses de 30 días cada unos, más cinco días adicionales, denominados Epagómenos.

Su año se encontraba dividido en tres temporadas: Inundación, Siembra y Cosecha.

Los egipcios desarrollaron tres grandes instrumentos que utilizaban en la observación astronómica: el reloj de Sol, el reloj de agua (Clepsidra) y el Merkhet, una especie de astrolabio para determinar las posiciones de las estrellas en el cielo.

Los egipcios ajustaron el paso del tiempo observando las estrellas. Además de poseer un conjunto de 43 constelaciones, organizaron el cielo en 36 decanos. Cada decano tenía una duración de 40 minutos, así que esa circunstancia les permitía corregir sus relojes. Los 18 decanos nocturnos multiplicados por los 40 minutos de duración arrojan las 12 horas modernas.  

Para el año 2.700 aC, ajustaron su calendario con el levantamiento heliaco (salida en el horizonte) de la estrella Sotkis (la estrella Sirio de la constelación del Can Mayor)

Esto llevó a los astrónomos-sacerdotes a calcular el ciclo en donde se repetirían las mismas condiciones de salida de estrellas y fecha de inicio de las estaciones climáticas, conocido con el nombre del Gran Ciclo de Sotkis o el Gran año, con una duración de 1.461 años solares.

Hacia el 1650 aC, se han encontrado evidencias (papiro de Rhind) con desarrollos aritméticos y geométricos de los egipcios.

Los cinco planetas observables más el Sol y la Luna constituían los siete objetos celestes que regían cada uno de los días de la semana.

Las creencias místicas y el Nilo subyacen en todas las actividades realizadas por los egipcios. Una costumbre que tenían era que las tumbas y pirámides de los faraones se construyeron del lado Oeste del Nilo, mientras que los templos, del lado Este.

Treinta dinastías y más de 400 faraones se sucedieron en Egipto antes de la dominación romana. La gran herencia astronómica que nos dejaron fue su calendario solar, el cual pasó a Occidente gracias a la conquista de Julio Cesar.

Para los egipcios el aspecto del cielo siempre tenía un significado mitológico y religioso. Las doce estrellas que servían para la división de la noche en horas estaban asociadas con los doce guardianes del cielo, encargados de acompañar a los faraones difuntos en su paseo nocturno con Ra.. Las constelaciones no desempeñaban ningún papel.

La representación más antigua del cielo estrellado fue encontrada en la tabla inferior de un sarcófago de Asiut que data del primer periodo intermedio de Egipto.

Mercedes Alba Moyano